Historia del pueblo

Canfranc debe su nombre a los romanos, que lo denominaron "Campus Francus" (campo franco), ya que era la ruta utilizada, tanto por ellos, como por los fenicios y los cartagineses, debido a su situación estratégica.

Con la llegada de los peregrinos del Camino de Santiago, en la Edad Media, que en su lado francés entraban a España precisamente por aquí, lo llamaron "Summus Portus"(Somport).



Uno de los primeros reyes cristianos le otorgó los "derechos de rota y porta"(que figura en el escudo de la villa), consistentes en unos impuestos que podían cobrar por todas las mercancías y caballerías que cruzasen el pueblo, a cambio de mantener en buen estado y transitable durante el invierno el camino desde Jaca hasta la frontera.



Canfranc fue fundado por los primeros reyes de Aragón en el S.XI, a 1040 m., a pie de puerto. Debido a la gran cantidad de viajeros, comerciantes, y peregrinos que transitaban la calzada desde Somport hasta Jaca, crearon la población , en parte por necesidad de poder atender a los forasteros, en parte para lucrarse.

Por la estrechez del valle donde se situaba la villa, no había espacio para trabajar las tierras, llevando así a sus habitantes a convertirse en maestros comerciantes a la hora de tratar con el continuo flujo de gentes de paso.



Se construyó, de esta forma, el pueblo en forma lineal, con una sola calle (la calzada real), con las casas a los dos lados de esta, con huertos y corrales en la parte trasera. Se edificó la primera iglesia parroquial en honor a nuestra señora de la Asunción (S. XII), que fue entregada por el monarca aragonés Pedro II al monasterio de Santa Cristina de Somport y que estaba en el centro de la calle, junto a la plaza. También está documentado un molino desde el S. XI.

El "puente de las Eras"(por las que había al este) o "puente de Arriba" era el acceso llegando desde Somport.






Ya en el S. XIV, hubo que construir una torre defensora, que más tarde en el S. XVI, se reconvertiría en Castillo, situada a la entrada norte. Era un edificio de planta cuadrada que se alzó sobre un resalte rocoso enfrente del molino. Hubo, además, un horno panificador y una posada.










La "Torre de Aznar Palacín" fue una edificación que el rey Pedro IV de Aragón en 1341 autorizó a que terminase el hijo del noble que la comenzó, pero que dejó sin acabar, y cuyos muros aún emergen altos en mitad del pueblo.





A la salida sur de la población se encontraba el convento de la Trinidad (S.XVI), junto a un hospital.

Pero el monumento más apreciado de nuestra villa es el "Puente del Peregrino", que aunque data del S.XII, se mantiene en perfecto estado de conservación. Su perfil es de "lomo de asno", y es de un solo ojo de arco de medio punto rebajado, aunque hay evidencia de que debió de tener un pequeño segundo ojo en el lado que está junto al cementerio.
Realizado en piedra sillar en su base, y sillarejo y mampuesto en la zona alta, permanece inamovible y grandioso acompañando al precioso camposanto a la salida del pueblo.



La historia de Canfranc viene fuertemente marcada por las comunicaciones transfronterizas, desde la calzada romana, hasta la inauguración del ferrocarril en 1928, siendo este puerto en la frontera, el más transitado del Pirineo.

El dominio de Canfranc Pueblo se extingue tras el incendio de 1944, que es cuando se traslada el Ayuntamiento al barrio de la Estación, o los Arañones, y la gran mayoría de los habitantes se mudan, creando el otro núcleo urbano. Y aunque compartiendo la alcaldía y demás organismos importantes (como correos o el  consultorio médico), dejan a la pequeña villa en un segundo plano.

Merecen una mención especial los tres servicios que prestó el pueblo en relación al tráfico jacobeo, y que además fueron gestionados de forma privada, no por la corona :

- Alberguería de Canfranc. Fundación de la condesa doña Sancha (1095). Regida por un matrimonio de hospitaleros, al servicio de los pobres y peregrinos, que fue absorbida por el Hospital de Santa Cristina de Somport en el S.XII. Se mantenía con las rentas del palacio, del horno, y del molino que donó Alfonso I.

- Mesón de la Espelunca. Que se encontraba  al norte de lo que es ahora Canfranc Estación, donde hoy está el fuerte de Coll de Ladrones.

- Convento de la Trinidad y Hospital. fundado y financiado por el rico comerciante don Blasco de Les (natural de Canfranc) a mediados del S. XVI, Constaba de la iglesia, el convento (para ocho beneficiados eclesiásticos), y el hospital que acogía  a pobres y peregrinos.


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